Las figuras

Siglos XVII y XVIII

Las esculturas de cera aparecen en Medicina en los siglos XVII y XVIII, cuando surge un gran interés por la Anatomía. Se realizan moldeados para poder estudiar de forma más sencilla y didáctica las distintas partes del cuerpo humano. De esa época destaca la famosa colección del Museo della Specola, de Florencia.

Las principales características de las “esculturas de cera” son su tridimensionalidad, su realismo, fácil elaboración  y su bajo coste, hicieron de ellas elementos imprescindibles para la enseñanza de la Medicina, en una época en la que no existía la fotografía y las reproducciones litográficas eran escasas.

Escultura exenta de cera mostrando un paciente con Tiña Favosa.

Poco a poco, sin embargo, la aparición y desarrollo de la fotografía y las mejoras en la sanidad pública, fueron limitando su función. 

La reproducción en vivo de las patologías (a veces los enfermos se desmayaban de dolor) dejó de tener sentido. 

Los pacientes pasaron a ser fotografiados para ilustrar los tratados de Dermatología, y los avances científicos lograron la desaparición de aquellas enfermedades, algunas de las cuales habían llenado de terror el inconsciente colectivo.

El Museo fue cerrado y olvidado y con ello se cerró una etapa en la que Arte y Ciencia se daban la mano, cayendo en el olvido también las esculturas que formaban la colección del Museo Olavide.